El jo Tapatío: Arte y Cultura
aprendiendo a mirar
25 de noviembre de 2015 ⎮ Guadalajara, Jal.

El tianguis como espacio de recreación y manifestación de la cultura.
Por: Jair Reyes
“Pásele, güerita.”
“Pásele marchante.”
“¿Le damos un kilo o dos?”
“Tomé la prueba y vea que sí hay calidad.”
Actualmente muchas personas creen que la cultura es el grado de conocimiento que una persona posee, sin embargo, de acuerdo a la RAE, la cultura es una especie de “tejido social” que abarca las distintas formas y expresiones de una sociedad determinada (2015). Por lo tanto, las costumbres, las prácticas, las maneras de ser, los rituales, los tipos de vestimenta y las normas de comportamiento son aspectos propios de la cultura.
Hoy en día es innegable que en un mundo globalizado, se tienda a combinar o incluso a sobreponer otras culturas sobre la nuestra, sin embargo, esta amalgama es parte de un proceso natural que se ha dado a lo largo de los años, el mismo proceso ahora nos permite disfrutar y gozar de un poco del legado de nuestros ancestros, los aztecas, a pesar de la conquista de los españoles.
Uno de los elementos culturales originario de los aztecas y que ha logrado trascender a lo largo de la historia ha sido el tianguis; un lugar lleno de cultura que día a día se manifiesta, a través de todas las formas posibles: expresiones verbales, tipos de vestimenta, gastronomía, colores y normas de comportamiento.
Estos lugares son uno de los mayores tesoros que los aztecas nos dejaron, pues además de hacer crecer la economía y fortalecer el mercado interno, es un lugar para la recreación, pues aunque uno no compre nada, nos quedamos con la experiencia y el haber tenido un encuentro cercano con una gran diversidad cultural, puesto que normalmente, en estos lugares se encuentran todo tipo de personas y grupos étnicos, desde indígenas con sus obras artesanales hasta campesinos con sus frutas y vegetales, pasando por los vendedores de ropa, juguetes, películas, maquillaje, tecnología entre muchas otras cosas.
Es un lugar único en su clase, muy propio de México y difícilmente de encontrar en otra parte del mundo, es un espacio que en sus más de 600 años de existencia no ha cambiado su esencia ni tampoco su atmósfera de tolerancia y aceptación, haciéndolo ideal para la convivencia de todo tipo de personas puesto que la apertura al diálogo es su principal característica además de ser un espacio para la libre expresión y la interacción con otras formas de pensar e ideales.
